¡Ya hace un año! Sin embargo, nuestra alegría es la misma que el primer día. Esta beatificación, ¡la habíamos esperado tanto tiempo! Es, por tanto, que hemos celebrado este evento en acción de gracias en los diferentes continentes donde continuamos la obra de la Beata Madre Alfonso María. En Oberbronn, en este día de aniversario Mons. Raffin pronunció una homilía que va más allá de los límites del convento. He aquí algunos extractos:
"Hace un año, nos reunimos en la Catedral de Estrasburgo para celebrar la beatificación de Elisabeth Eppinger, Madre Alfons María. Su santidad personal y su carisma como fundadora fueron reconocidos oficialmente. La nueva Beata fue pues celebrada no sólo por Alsacia y Francia, sino también por todos los países donde la Congregación de las Hermanas del Divino Redentor está hoy. Desde que conozco la Congregación, siempre me ha impresionado el apego a la fundadora de todas las hermanas, sea cual sea su origen geográfico: eso es una fuerza considerable para la unidad y el dinamismo de la Congregación. (…)
Esta mañana, rezando el Oficio de Lectura me impresionaron los escritos de la Beata Alfons María, que se proponen como lectura. Constituyen de hecho un magnífico programa apostólico para llegar a los que sufren. Madre Alfons María arde en deseos de hablarles de Dios, mientras está aliviando sus sufrimientos físicos, porque ella sabe que la relación con Dios es fuente de sanación, pero, al mismo tiempo, ella entiende respetar quiénes son las personas y sabe que pueden no estar dispuestos a aceptar este mensaje. (…)
En su gran y hermosa encíclica “Deus caritas est”, el Papa Benedicto XVI explica que la Iglesia, en su larga historia, encontraba siempre la respuesta adecuada a las nuevas necesidades. La Beata Alfons María supo encontrar en su tiempo lo que necesitaban las aldeas alsacianas. Pidámosle que nos ayude hoy a ver y comprender lo que se podría hacer para testimoniar activamente la caridad de Cristo.»